En un segmento escalofriante de su podcast, Joe Rogan expone lo que él llama una "mafia modificada" y un "sistema de crédito social modificado" que echa raíces en Estados Unidos: la desbancarización. Rogan revela que sus conversaciones con Marc Andreessen le abrieron los ojos a una tendencia inquietante en la que a las personas, particularmente a las que tienen puntos de vista de derecha, se les revocaban sus cuentas bancarias. ¿La razón? Su discurso político, su apoyo a ciertos candidatos o simplemente convertirse en una "persona pública" que el establishment considera un problema. Argumenta que este es un mecanismo aterrador diseñado para obligar a las personas a guardar silencio, "callarse la boca" e incluso para apoyar a candidatos políticos en los que no creen por puro miedo financiero. Pero Rogan insiste en que este no es un tema partidista. El verdadero horror, afirma, es la corrupción misma. Deberíamos estar igualmente aterrorizados si los republicanos empuñaran esta misma arma contra sus oponentes. El principio es lo que importa: la corrupción es corrupción y el fraude es fraude, independientemente del bando político que lo cometa. Señala la supuesta "máquina de Pelosi" de políticos que dominan el mercado de valores como otro ejemplo de corrupción sistémica que debe ser expuesta y cerrada. El llamado es a un retorno a los principios sobre el tribalismo, donde la lucha no es por un "bando", sino contra todas y cada una de las formas de corrupción institucional que buscan controlar y silenciar a la ciudadanía. No se trata de izquierda contra derecha. Se trata de los poderosos contra la gente. Y la militarización del sistema financiero es una línea que no debe cruzarse.