La política criptográfica estadounidense no se escribe solo en Washington. En los últimos meses, el Congreso aprobó un proyecto de ley sobre stablecoins y avanzó en la legislación sobre la estructura del mercado, ambos con un amplio apoyo bipartidista. Mientras tanto, solo en 2024, los estados aprobaron 57 proyectos de ley relacionados con las criptomonedas. Los estados están ahora en el centro de la formulación de políticas criptográficas en EE. UU., y eso representa tanto una oportunidad como un riesgo. Una buena política estatal puede impulsar la innovación responsable, atraer creadores y proteger a los usuarios. Una mala política puede empujar la innovación al extranjero o estancarla por completo. En nuestro nuevo Manual de Políticas Criptográficas Estatales, Kevin McKinley y Aiden Slavin describen cinco pasos prácticos que los estados pueden seguir para elaborar políticas sólidas: desde adoptar la DUNA de Wyoming hasta seguir el ejemplo de Illinois en la clasificación de tokens, lanzar grupos de trabajo sobre blockchain, pilotar casos de uso en el mundo real y alinear los regímenes estatales de stablecoins con el nuevo marco federal. Los estados han sido durante mucho tiempo los laboratorios de la democracia. Ahora pueden ser laboratorios para construir el futuro de internet, si logran acertar con la política.