Científicos de la Universidad de Chicago y Stanford proponen que muchos exoplanetas rocosos y calientes pueden desarrollar y retener atmósferas ricas en vapor de agua durante miles de millones de años. Estos planetas comienzan con atmósferas de hidrógeno y océanos de magma cerca de sus estrellas. El hidrógeno reacciona con la roca fundida para formar agua, y a medida que la radiación estelar despoja al hidrógeno, el vapor de agua persiste, creando atmósferas dominadas por el agua en lugar de áridas. El Telescopio Espacial James Webb puede probar esto detectando agua y midiendo los gradientes de temperatura entre el día y la noche, donde las atmósferas suavizan la distribución del calor. Este modelo amplía la búsqueda de mundos habitables, ya que los planetas que antes se consideraban demasiado cerca de las estrellas pueden soportar vida. Crédito de la imagen: Engine House VFX, At-Bristol Science Centre, Universidad de Exeter