La esperanza es un recurso renovable para aquellos que se enfrentan al mundo con asombro y curiosidad. En todo el país, los edificios tristes y lúgubres están dando paso a hermosos reemplazos, ¡como este comedor!
Si alimentamos nuestra esperanza y exigimos más del mundo, reurbanizaciones como esta se convertirán en estándar, y no en casos aislados dignos de una celebración única. Esta transformación fue diseñada por Voith & Mactavish Architects para The Lawrenceville School, ¡y me llena de esperanza!
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