El Comité Nobel ha decidido defender la guerra de Trump contra Venezuela, otorgando su "Premio de la Paz" a María Corina Machado, una activista de cambio de régimen financiada por el gobierno de Estados Unidos que ayudó a liderar golpes militares fallidos, disturbios callejeros violentos y probablemente prometió la riqueza petrolera y mineral de su país a un consorcio de multimillonarios alineados con MAGA a cambio de financiar su incendio político. Este ícono de la paz incluso ha apelado a Benjamin Netanyahu para que la ayude a liderar una invasión militar de Venezuela. María Corina Machado es una marioneta de Marco Rubio, una creación del Complejo Industrial Gusano patrocinado por la CIA que ha traído terror violento y asedio a cualquier país latinoamericano que desafíe el Consenso de Washington de privatización y austeridad, y un aspirante a Pinochet con falda. Machado ha pasado años presionando para que Estados Unidos y la UE impongan sanciones por hambre a su propio país, lo que ha provocado oleadas de migración a Estados Unidos, alimentando el resentimiento nativista que dio lugar a Trump. Cuando Trump envió a migrantes venezolanos a un campo de tortura en El Salvador este año, Machado se puso del lado de Trump, el principal patrocinador de su carrera golpista, por encima de sus compatriotas. Darle el Nobel a Machado es una luz verde para la guerra de cambio de régimen en Venezuela y luego en Cuba. Pero la decisión es consistente con el papel del Comité como instrumento de poder blando del imperio occidental. Basta con recordar su premio a Obama al comienzo de su primer mandato, otorgándole una legitimidad infinita antes de su destrucción de Libia, la escalada de las guerras en Irak y Afganistán, y la facilitación de la aniquilación de Gaza. Dado que nada ha sucedido en la carrera de Machado sin el apoyo y la guía de Washington, la decisión del Comité debe verse como el resultado de otra operación occidental: un golpe de Estado en Oslo para allanar el camino para uno en Caracas.