Las aplicaciones criptográficas que son independientes de la cadena, van a ganar. En los mercados tradicionales posteriores a la globalización, es la norma. A los clientes en su mayoría no les importa el origen de los productos, les importa la disponibilidad, el precio, la utilidad, la reputación, etc. Sin embargo, los fabricantes dedican mucho tiempo a optimizar su cadena de suministro y los recursos de materias primas (o las sedes y contrataciones de software). Lo mismo se aplicará a las aplicaciones: la cadena base dominará la UX, la componibilidad, etc. Si basa su organización en una isla con conectividad mínima, su distribución se verá afectada, al igual que las aplicaciones en cadenas esotéricas no tendrán programabilidad / verificabilidad. Si lo configura en una economía en auge con una gran base de clientes, su distribución se vuelve mucho más fácil. Pero también mire a China, que se convirtió en el centro de fabricación del mundo con mercados en todo el mundo a pesar de los envíos + aranceles + otros. La aplicación con la capa base más optimizada (digamos appchain) eventualmente se convertirá en el centro de facto. El status quo de la misma aplicación de caso de uso en diferentes envoltorios en cada cadena será obsoleto.