Los sistemas centralizados manejan la privacidad a través de restricciones. Ellos deciden qué no se puede compartir. DeAI lo maneja a través de la estructura. Los datos se quedan en casa. Tu teléfono envía una prueba, no tus fotos. El sistema no puede filtrar lo que nunca ve. La confianza se convierte en diseño, no en una promesa. El cumplimiento da paso a la encriptación. Los abogados dan paso a las matemáticas. No solicitas privacidad. La red no puede funcionar de otra manera.