Fui literalmente radicalizado por 60 Minutes. Solía ser como muchos estadounidenses, viéndolo religiosamente y confiando en él. Pero luego, como joven, los vi hacer un reportaje sobre algo en lo que soy un experto. Su reportaje era increíblemente inexacto y estaba claramente hecho de tal manera que presentaba mentiras como verdades para avanzar una narrativa política de izquierda. Nunca miré atrás y nunca más volví a confiar en NINGÚN medio de comunicación. Sostengo que 60 Minutes ha hecho más daño a la verdad en América que cualquier otra institución en los últimos 100 años. Sin embargo, esta mujer, que pretende ser una "periodista", está completamente ajena a esa realidad. El "periodismo" se ha convertido en una religión basada únicamente en la defensa y la fe, con un desprecio deliberado por la verdad objetiva.