Esta es la razón por la que los homicidios (que no se pueden reclasificar) y los robos de automóviles (que se informan rigurosamente por razones de seguros) son las únicas estadísticas del crimen en las que realmente puedes confiar para que sean significativas.

Obviamente, en un mundo ideal, todas las víctimas informarían todos los delitos y todos los departamentos de policía registrarían sus informes con diligencia, pero los incentivos son realmente malos: la mayoría de los delitos no se investigan realmente y la gerencia intermedia siempre prefiere hacer que los números se vean mejor.