El amor es la salsa secreta para todo. Es el ingrediente secreto. Cuando lo encuentras, nada más importa. Las horas que podrías pasar en el trabajo son irrelevantes porque amas lo que haces. Los fracasos que experimentas son insignificantes porque estás en la búsqueda de la verdad — haciendo lo que amas. Buscando esa única respuesta. Jugando un juego que te apasiona. Esto es lo que lleva al hombre a la arena, a arriesgarlo todo — alma, cuerpo y mente. Por ese sabor de la victoria. El emprendimiento (la experiencia de una startup), la búsqueda de conocimiento científico (investigación), la sed de arreglar o crear algo nuevo (ingeniería y desarrollo). Es un instinto casi primitivo, un deseo innato. El amor está en el centro de todo. Porque si no amamos lo que hacemos, todo lo demás no tiene sentido. El amor une la tela del tiempo. Es algo que puedes sentir, pero no puedes entender completamente. Pero, amar lo que hacemos, o enamorarnos de lo que hacemos, marca toda la diferencia.