DESCUBRIMIENTO UNO: LA NAVE ESTELAR DE KUBRICK QUE CAMBIÓ EL CINE En 2001: Una odisea del espacio, Stanley Kubrick no solo construyó una nave espacial, construyó una catedral a la curiosidad humana, envuelta en acero, silencio y terror. El Discovery One no es llamativo como Star Wars, es clínico, inquietante, casi demasiado real. Un leviatán blanco como un hueso de una milla de largo que flota hacia Júpiter, mitad nave espacial, mitad tumba. Dentro: astronautas, científicos en hibernación y HAL 9000, el psicópata más educado del cine. Kubrick quería "la proverbial buena película de ciencia ficción". Lo que hizo fue profecía. 2001 nos dio iPads antes de los iPads, IA antes de ChatGPT, viajes espaciales representados con tal precisión que los ingenieros de la NASA asintieron en aprobación. Cada toma del Discovery One se desliza como una oración. Fría, interminable y aterradoramente hermosa. Kubrick lanzó una nave... y una idea: que la ciencia ficción podría ser arte, filosofía y espectáculo en una sola órbita. ¿Resultado? El cine nunca volvió a bajar a la Tierra. Fuente: @konstructivizm, Reddit