Este espectáculo fue, evidentemente, parte de una larga campaña de propaganda que establecía un pretexto para deslegitimar y reprimir a la derecha populista una vez que finalmente llegara un evento de violencia política espectacular que se esperaba. Desafortunadamente para los liberales, esa violencia vino de la izquierda, no de la derecha, (cayeron en una trampa que habían tendido) y ahora todo esto tiene que ser desechado.