Charlie Kirk fue un amigo inquebrantable de Israel y un verdadero aliado del pueblo judío. Defendió con orgullo los valores judeocristianos que unen a Israel y América. El compromiso valiente de Charlie con la verdad y la libertad le costó la vida. La violencia puede haberlo arrebatado, pero no puede silenciar su legado. Que su memoria sea una bendición.