El miedo preserva el orden de las cosas. La gente tiene un miedo saludable hacia las autoridades y las consecuencias de hacer tonterías, incluyendo ser azotado. Cantidades saludables de esto son buenas. Desalienta actos de egoísmo, codicia y acciones nacidas de ideologías extremistas. Occidente debería aprender esto y las cosas se normalizarán de nuevo.