Los retrocesos de Fibonacci se utilizan comúnmente para medir la magnitud de los ajustes en una tendencia, ayudando a determinar los niveles de soporte y posibles puntos de reversión. Al utilizarlos, primero se deben identificar los puntos más bajos y más altos del movimiento actual, formando así el rango de cálculo. Cuanto más se acerque el porcentaje a 0%, más cerca estará el precio del punto alto; cuanto más se acerque a 100%, más profunda será la magnitud del retroceso. Los niveles clave comúnmente utilizados son 61.8%, 78.6% y 88.6%. El 61.8% es un nivel de retroceso común en tendencias fuertes; si la tendencia continúa, generalmente encontrará soporte en esta área; el 78.6% y el 88.6% son retrocesos profundos, más cercanos al punto crítico de reversión o agotamiento de la tendencia. Estos porcentajes no se utilizan de forma aislada, normalmente se deben combinar con patrones, volumen de operaciones o medias móviles clave para confirmar su efectividad. Confiar únicamente en los porcentajes puede llevar a señales falsas de "romper justo al llegar", por lo que es más adecuado como referencia de posición, y no como la única base para entrar o salir del mercado.